EJERCICIO EN CLASE: TEXTO DESCRIPIVO.

 

EL FIN DE SEMANA INESPERADO

 

Aquel viernes, 18 de marzo era una tarde nublada, veía el cielo ponerse gris mientras me dirija hacia casa en bus, llegue alrededor de las cuatro p.m. Me recibe ese cálido abrazo de mi madre. Me da un café. Pero mi día no termina ahí, me dirijo a la clase de conducción de las seis caminando mientras veo dos parejas de ancianos tomarse de la mano mientras ríen de su bella vida. Llegó a mi casa a las ocho p.m. con ganas de solo recostarme y sentir ese profundo descanso que había querido sentir en el transcurso de la semana. ¡Es sábado! Me despierto alrededor de las diez de la mañana. Me encuentro sola. Pero de repente aparece la mascota de mi tía. SI ES ROMEO. Lo habían dejado en casa pues ella emprendió un viaje y su mascota no podía acompañarle.

Al otro día, el pequeño cachorro color beige que alegraba mi vida con tan solo verme, se sentía decaído pues había estado mal en los últimos 3 días. Así que procedí a llevarlo al veterinario. le habían detectado lipacia pancreática. Y tenían que hospitalizarlo. Entré en un pánico profundo pues yo no era su dueña, quebré en llanto al él verme con esa típica cara de “NO ME DEJES AQUÍ”. Estuve alrededor de 4 horas allí cuando de mi perrito, que claramente no lo era, pero lo quería como si así lo fuera. Me avisaron que podía llevármelo, pero si le aplicaban una inyección a lo que yo accedí, temblaba de miedo y solo lloraba el pequeño romeo, pero luego de la situación procedió a quedarse dormido en mis brazos.

Es lunes ¡VAYA ERA FESTIVO POR FIN! Desperté y el pequeño animalito me estaba esperando despierto. Me levante. seguí a hacerme el desayuno y de paso el de él, lo limpié, le di su medicina de cada cuatro horas, lo saqué a pasear ¡VAYA! era el boom del parque del barrio pues Su ternura hacia que todos murieran de amor por verlo, pasamos una tarde de juegos y de caricias, un fin de semana inolvidable. Pero lastimosamente ya llegaba la hora de su regreso a su hogar. Recibo esa llamada de mi tía justamente a las once de la noche, que me dice: “Hola Sofí, ya estoy llegando a tu casa, por fa alista las cosas de romeo y pásamelo”. Y sí. La hora llego. Lo cargué aliste sus cosas y se lo di a mi tía, le di un abrazo y le dije hasta pronto. Pues gracias a él había pasado un fin de semana loco. Pero lleno de mucho amor gracias a él.



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